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Tratamiento adicciones somáticas
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Qué son las adicciones somáticas
Las adicciones somáticas son aquellas conductas compulsivas que involucran el cuerpo directamente y producen una descarga física placentera o una sensación de control, alivio o escape a través del cuerpo, pero sin mediación de sustancias químicas externas. Se manifiestan como patrones repetitivos, descontrolados y progresivamente problemáticos en áreas como el sexo, las compras, el uso de la tecnología o el ejercicio.
Adicción al sexo
Adicción a las compras
Adicción a la comida
Adicción al deporte
Adicción al sexo
La adicción al sexo es un comportamiento sexual compulsivo y persistente que interfiere con la vida cotidiana. La persona busca una gratificación inmediata mediante el sexo, la masturbación, la pornografía o el intercambio afectivo-erótico constante, a pesar de sus consecuencias negativas (emocionales, relacionales, laborales, sociales).
No se trata de tener una alta libido saludable, sino de usar el sexo como vía de escape emocional, similar a como se usaría una droga.
Incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como “trastorno de comportamiento sexual compulsivo”.
Adicción a las compras
La adicción a las compras es un comportamiento compulsivo de adquisición de bienes que la persona no necesita realmente, con una pérdida de control sobre el impulso de comprar, y que a menudo produce una descarga emocional momentánea seguida de culpa, angustia o problemas económicos y relacionales.
Suele estar asociada con baja autoestima, ansiedad, vacío emocional o depresión.
Adicción a la tecnología
La adicción a las tecnologías se refiere al uso desmedido y compulsivo de dispositivos electrónicos (móvil, ordenador, consola), con pérdida de control, deterioro del funcionamiento social, académico o laboral y presencia de ansiedad o irritabilidad cuando no se puede usar la tecnología.
No se trata de un uso frecuente, sino de una relación disfuncional donde la tecnología se convierte en una vía para evitar emociones o realidades.
Algunos subtipos, como la adicción a videojuegos, están reconocidos en la CIE-11 como “trastorno por uso de videojuegos”.
Adicción al deporte
La adicción al deporte es la necesidad compulsiva de realizar actividad física, generalmente con la finalidad de controlar el cuerpo, reducir la ansiedad o elevar la autoestima. Su práctica genera una aparente sensación de control o euforia, pero puede llegar a causar lesiones, aislamiento social, pérdida de funcionalidad e incluso dependencia psicológica.
Se diferencia del deporte saludable en que su ausencia genera síntomas de abstinencia emocional (irritabilidad, ansiedad, culpa).
Cómo tratamos las adicciones somáticas
1. Evaluación integral inicial
• Historia del comportamiento adictivo (frecuencia, intensidad, consecuencias).
• Identificación de gatillos emocionales y contextuales.
• Evaluación de comorbilidades (ansiedad, depresión, TDAH, trastornos de la personalidad, trauma).
• Exploración del entorno familiar, social y laboral.
• Nivel de conciencia del problema (etapa del cambio: precontemplación, contemplación, etc.).
2. Psicoeducación
• Explicar el modelo de adicción comportamental (ciclo del placer-compulsión-culpa).
• Distinguir entre uso saludable y uso disfuncional.
• Informar sobre síntomas de abstinencia, tolerancia, dependencia emocional.
• Normalizar el proceso de recaídas como parte del tratamiento.
3. Terapia cognitivo-conductual (TCC):
o Identificación y modificación de pensamientos automáticos disfuncionales.
o Registro de conductas y emociones.
o Planificación de respuestas alternativas.
4. Intervención sobre el entorno
• Reestructurar rutinas diarias y espacios físicos (evitar estímulos).
• Establecer límites con el uso de dispositivos o acceso a conductas.
• Reforzar relaciones sociales saludables.
• Involucrar a la familia o red de apoyo si es necesario.
5. Desarrollo de habilidades
• Regulación emocional: aprender a identificar, tolerar y expresar emociones sin actuar compulsivamente.
• Toma de decisiones y autocontrol: diferenciar impulso de necesidad real.
• Autoestima y autoimagen positiva: trabajar el valor propio más allá de la conducta.
• Manejo del estrés y del aburrimiento.
6. Prevención de recaídas
• Identificar situaciones de alto riesgo.
• Crear un plan de acción en caso de recaída.
• Fomentar el autocuidado y el refuerzo de logros.
• Seguimiento terapéutico periódico.